En los últimos tiempos, los cambios trascendentales ocurren a menudo y se ha convertido en un reto adaptarse a ellos. La tecnología, la pandemia y las tendencias son solo algunas de las razones por las que hoy ya no somos los mismos, no trabajamos de la misma manera y necesitamos replantearnos a diario cómo llevamos a cabo los objetivos empresariales.
Los tiempos de adaptación se vuelven cada vez más exigentes ya que se presentan a una velocidad más rápida de la que se asimilan. Por esto es necesario acelerar la capacidad de respuesta para seguirle el paso a las transformaciones laborales.
Para verlo de otra forma, en un velero, el cambio de dirección del viento le exige al capitán que reaccione rápido y haga o permita que la vela vire sin oponer resistencia o incluso que cambie el rumbo si las condiciones climáticas lo exigen. Trasladando esta situación a un caso empresarial, el líder es quien toma el timón y dirige el barco hacia el nuevo rumbo.
Por esto, entre todas las cualidades que debe tener el líder, la adaptación es un indicador de liderazgo profesional y es una de las competencias que debe sobresalir en él. Es quien recoge las necesidades, adapta rápidamente los cambios y da ejemplo para que su equipo también lo haga.
La adaptación además es una competencia que muestra versatilidad de comportamiento y la habilidad para modificar ágilmente la propia conducta con el fin de alcanzar objetivos o solucionar problemas. En otras palabras, es la capacidad para asumir diversas alteraciones relacionadas con las rutinas a las cuales está acostumbrado, no ofrecer resistencia y aceptar nuevos métodos y nuevas formas si las circunstancias así lo determinan.
Existen herramientas para medir las competencias pertinentes a la adaptación al cambio y conocer si las personas están listas para ajustarse a las diferentes circunstancias, reconocer y fijar nuevos objetivos en la organización.
Además, para promover el cambio, es importante entender las emociones que hacen parte de este proceso: ansiedad, rabia, desmotivación, incertidumbre, confusión, entusiasmo, entre otras.
El manejo de las emociones, tanto en el líder como en los colaboradores, es fundamental para llevar a cabo positivamente el cambio. El líder debe estar motivado, transmitir calma y optimismo para dar tranquilidad y serenidad a su equipo. De los colaboradores se espera que tengan la capacidad de adoptar una postura optimista y con energía positiva, que muestren interés por las experiencias nuevas, reciban constructivamente las retroalimentaciones para aprender de ellas y que trabajen de manera productiva en un ambiente de alta exigencia.
Las herramientas que evalúan las motivaciones y las preferencias, actitudes y estilos de trabajo y la inteligencia emocional, permiten saber la manera en la que una persona responde a los nuevos entornos y cómo cada aspecto puede influir en la adaptación al cambio.
Si necesita más información y asesoría sobre las diferentes pruebas y servicios que tenemos para la adaptación y promoción del cambio, puede comunicarse con nosotros en info@htt-latam.com o nuestras líneas telefónicas disponibles: (57) 300 318 9390 (57), 301 730 7124 o (57) 310 270 1752.
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