Hay una gran diferencia entre un alto potencial y un alto desempeño que es clave reconocer para aprovechar el total de sus cualidades y esperar de ellos metas acordes con sus capacidades sin poner en riesgo su desempeño. Si bien, todas las organizaciones buscan contar con colaboradores que mantengan un óptimo nivel de desempeño al realizar sus tareas, cumplir sus funciones y alcanzar los objetivos esperados en un tiempo determinado, es necesario identificar el potencial que existe en ellos.
Para poder aprovechar las posibilidades que ofrece un colaborador con alto potencial o con alto desempeño, es importante tener claras sus diferencias e identificar sus capacidades de manera adecuada utilizando métodos y herramientas que permitan tomar decisiones efectivas para elaborar los planes de desarrollo y de retención correspondientes.
Existen formas de reconocer a los colaboradores de alto potencial y de alto desempeño.
Las personas con alto desempeño dentro de una organización, tienen los objetivos claros, conocen los pasos para lograrlos y obtienen resultados positivos que pueden ser sostenidos en el tiempo. Estas personas presentan unos hábitos fácilmente identificables que los diferencia del resto de los colaboradores.
Lo que cualquier jefe quisiera es contar con colaboradores de alto rendimiento: personas que le permitan llevar a cabo planes estratégicos efectivos para lograr las metas globales de la compañía en el tiempo y la forma deseadas.
Los altos potenciales son personas que se caracterizan por tener grandes aspiraciones, motivaciones y gusto por los desafíos, cualidades que le otorgan una gran posibilidad de ocupar puestos de liderazgo o directivos dentro de la organización.
El liderazgo a cargo de un alto potencial incluye compartir la visión, inspirar a otros, proporcionar orientación y trabajar con ellos hacia objetivos comunes; fomentar un espíritu de equipo de trabajo común, energía positiva y promover las interrelaciones comerciales.
Los empleados con alto potencial son uno de los activos más valiosos para una organización. Entre un 3% y un 5% del personal en las empresas son altos potenciales, y aunque demuestran una buena aptitud y podrían hacer mucho más por la organización a largo plazo, suelen pasar desapercibidos o ser confundidos con personas de alto desempeño.
Sin lugar a duda, un individuo de alto potencial es merecedor de que la organización dirija esfuerzos para asegurar su retención, dedicando el tiempo para sostener conversaciones de desarrollo. Después de todo, ellos son los futuros directivos de la empresa.
La mayoría de las organizaciones entienden la importancia de sus empleados de alto potencial. La investigación de SHL muestra que estos colaboradores aportan un 91% más de valor a la organización que los que no son HIPO (High potential) y ejercen un 21% más de esfuerzo que sus pares.
De acuerdo con lo anterior, es de gran importancia darle el lugar que corresponde a cada uno de estos colaboradores y entender sus diferencias para ubicarlos en los roles en los que puedan desempeñar con éxito sus labores. Este proceso de identificación evita que un colaborador con alto desempeño sea visto como alto potencial, lo que lo llevaría a fracasar en su intento, o por el contrario, un alto potencial que no ha sido identificado como tal, se desmotive por falta de opciones de crecimiento profesional.
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